viernes, 26 de agosto de 2011

Relato Battlefleet Gothic

Nuestro compi de juego Richi esta empeñado en jugar al Gothic, yo pues no me importaria probarlo, pero habra que ver en que acaba este capricho...... verdad Richi?? jejejejje

De momento ayer nos envio un correo a los chicos del grupo, con un relato que se ambienta en la tematica de este juego a ver que os parece


Se me ha antojado escribir un relato basado en el Battlefield Gothic, a ver que os parece :P

El ambiente era sorprendentemente templado, cargado de tensión, en el puente de mando se encontraba a oscuras salvo por la escasa luminiscencia de los paneles de control, la cual se reflejaba en las caras de los tripulantes que ocupaban los puestos frente a ellos. El panel que se encontraba frente al Teniente de Navío Gamon Priest, segundo al mando del crucero imperial Cruzado de la clase Tirano, señalaba que se encontraba con niveles de abastecimiento de energía muy por debajo de los mínimos requeridos de navegación y de cualquier otra circunstancia. El reactor de la nave estaba casi apagado. Gamon esbozó una sonrisa fría y nerviosa, no era ni mucho menos una situación normal. Llevaban horas casi cuatro horas en ese estado. Cuatro eternas horas con los sistemas de soporte vital funcionando al diez por ciento y el aire estaba demasiado estancado y ya se empezaba a notar la falta de oxigeno en la sala. Una gota de sudor frio que le recorrió el cuello lo despertó de sus pensamientos, volviéndose hacia la pantalla que tenía delante de él observando que no había señal de ningún tipo.
Se volvió hacia el Capitán Hadock, un hombre de porte elegante a la vez que firme, que era apenas visible dada la escasa luz en la sala. Su expresión no mostraba otra cosa que la firme paciencia de esperar algo seguro. Era precisamente esa actitud la que hacía que todos mantuvieran sus puestos y soportaran la espera.
El trasbordador se encontraba a unos veinte kilómetros de la nave haciendo de cebo para la trampa cuando los sensores empezaron a parpadear en señal de aviso. Un objeto de dimensiones considerables había entrado en el campo del auspex saliendo del campo de asteroides que rodeaba el sistema Delos. En cuanto pasaron unos segundos más en el panel parpadearon unas runas y empezaron a desplegar información acerca del objeto. Era un crucero de batalla orko de la clase Martillo. Los datos fueron enviados al Cruzado. Al instante el piloto encendió los motores del transbordador a plena potencia girando con un amplio arco y poniendo rumbo a la nave imperial.
--Nave enemiga en cuadrante Delta a 120 kilómetros de distancia y aproximándose, señor.—Dijo Gamon.
Por fin habían dado con el pirata que había estado atacando las rutas comerciales del subsector  231/0-4/SG/SW conocido como “Canal Quinrox”. Meses de patrullas infructuosas e informes confusos daban un rallo de luz de la misión. La nave orka se había movido con mucho sigilo y rapidez lo cual era algo sorprendente para un orko, los cuales preferían la lucha a huir. Sin embargo habían hecho tremendos estragos en las defensas de Delos y otros tantos intentos en los sistemas de Eziam y Corilia.
--Mantengan posiciones y niveles actuales de energía. Que todos los puestos artilleros estén listos para recibir energía y disparar.—Ordenó el capitán Hadock.
--Todos los sistemas de armas preparados y listos.—Señaló el Maestro Artillero Riper.
El crucero orko había aumentado la velocidad en persecución del transbordador y había desplegado dos escuadrones de cazas. El transbordador viró hacia la proa del crucero y una vez estuvo próximo a él viró de nuevo noventa grados y se alejó de él. El crucero orko aumentó a plena potencia sus motores, parecía que quisiera llegar antes que los propios cazas al pequeño transbordador. Ya estaban a 30 kilómetros.
--¡Tubos lanzatorpedos del uno al seis, abran fuego!, ¡energía a los sistemas de armamento principal!.—Gritó el capitán Hadock.
--¡Todos los tubos, fuego!.—Secundó Gamon.
Los Torpedos, unos proyectiles de cien metros de longitud, salieron disparados de las portillas frontales de la nave en dirección a la nave orka con rapidez dejando tras de sí una estela de plasma fantasmal. Dos de los torpedos fueron alcanzados por las torretas defensivas de la nave enemiga antes de que impactaran dos de los torpedos en el casco, abriendo dos brechas en el casco sin mayor consecuencia.
La nave orka viró y disparó una salva que impactó en los escudos del Cruzado. Los cazas dieron alcance al transbordador y se lanzaron contra la nave imperial, siendo pulverizados por las torretas automáticas de defensa.
--Los impactos han sido absorbidos por los escudos capitán pero ahora están desactivados y regenerándose.—
--¡Fuego baterías de babor!.—Ordenó Hadcok.
La salva de disparos pasó de largo cuando el crucero orko realizó una maniobra evasiva para volver a posicionarse en ángulo de disparo y respondiendo al fuego.
--Señor Gamon, cambio de rumbo a dos nueve cero.—Ordenó de nuevo Hadcok.
--¡ Atención, cambio de rumbo a dos nueve cero, pasen energía a los sistemas de impulsión!.—
De repente la nave comenzó a estremecerse cuando los motores recibieron más potencia e hicieron que girara de forma más rápida. Las armas continuaron disparando iluminando el espacio entre las dos naves ahora alejándose cada vez más.
Los escudos estaban de nuevo a pleno rendimiento mientras el intercambio de salvas de artillería continuaba en el vacio del espacio. Las naves seguían virando poniendo a prueba sus impulsores y  sus tripulaciones. Gamon sabía que era crucial mantener una posición aventajada y no exponerse sino lo justo en un enfrentamiento como este de nave a nave. Era como un duelo entre titanes del boxeo. Cada contrincante gira en torno al contrario mientras lanza golpes en busca de un punto débil en la defensa del otro, tanteándose el uno al otro. Y así fue, la nave imperial resultó ser más maniobrable que el crucero orko, el Cruzado se volvía a posicionar con la proa dirigida al costado de la nave orka.
--Tenemos encarado al crucero enemigo, Capitán.—Dijo Gamon.
--Atención tubos lanzatorpedos, ¡fuego!.—Ordenó Hadcok.
La nueva salva de torpedos avanzo como estrellas fugaces que se lanzan sobre un planeta. Otros dos torpedos lograron traspasar la cortina defensiva creada por las torretas, abriendo otros dos impactos en el castigado costado izquierdo de la nave. Pese a todo, la nave orka continuó la lucha.
Una nueva salva de torpedos impactó contra el crucero orko provocó una enorme llamarada en una de las brechas. Los sensores captaron como la fuente de energía de la nave dañada.
--Señor, hemos dañado el reactor enemigo y la estructura ha sido fuertemente dañada.—Informó Gamon.
--Teniente, ponga proa hacia la nave y de máxima potencia a los motores, ¡ alarma de colisión!.—Dijo el capitán Hadcok.
La nave orka, seriamente dañada, disparó otra salva a la nave imperial que ahora se acercaba volviendo a desactivar los escudos pero sin causar daños. El Cruzado avanzó a toda máquina como una lanza en un campo de batalla de los relatos épicos, con su espolón de neutronium, la sustancia más dura del universo, abriendo camino entre los restos y el vacio espacial.
--¡Cinco segundos para el impacto!.—Gritó Gamon.
El choque fue brutal. Los mamparos de chapas de metal que envolvía la nave orka cedieron ante la fuerza del impacto, resquebrajando el casco de la nave como un cuchillo atravesando una galleta. El chirrido del roce entre metales era atronador y se podía oir de fondo el retumbar de explosiones lejanas. Una luz roja empezó a parpadear en uno de los paneles de instrumentos de la sala de control seguida de una alarma sonora.
--¡Retros a máxima potencia!, ¡informe de daños!.—Ordenó Hadcok.
--La sala de torpedos informa de daños estructurales de importancia, señor.—Informó el ingeniero jefe Marcus.
El Cruzado detuvo su avance y comenzó a retroceder en un mar de fuego y metal flotante. A medida que iba retrocediendo y removiendo más metal, el aire del interior de la nave se escapaba al espacio exterior arrastrando todo lo que no estuviera sujeto hacia el vacio. Una serie de explosiones y surtidores de fuego salieron despedidos de varias secciones del crucero orko.
En el centro de la sala donde se proyectaba una imagen holográfica de la batalla podía verse como los sistemas de la nave enemiga daban muestras de fallos catastróficos. El incursor orko había pasado a convertirse en un montón de chatarra espacial, un pecio que vagaría a la deriva por el espacio.

2 comentarios:

Rafael dijo...

Para los pobres que se lo esten preguntando, el relato esta ahi, solo que escrito en negro y por eso no se ve, seleccionadlo con el raton y podreis leerlo

Hermano Rudos dijo...

gracias por el aviso Rafael!
Por cierto que te parecio el relato???

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