Pudo haber sido distinto…
Aquel pedazo de terreno aún
humeaba. Restos de enemigos y aliados se desperdigaban por igual sobre el
asfalto negro de la colonia, abandonada tiempo atrás, con ese olor mezcla de
aire ionizado por plasma, armas de fuego y un aroma dulzón a putrefacción característico
de los servidores de nurgle. Pero la batalla había terminado.
Y una vez más, el piloto de
“Rodina”, la venerable Riptide, pensó que el resultado pudo haber sido
distinto.
Fesmus el Pestilente disfrutaba
de los matices que el óxido y los fluidos tóxicos y corrosivos de su espada
dibujaban sobre la hoja cuando uno de los marines re Rotbolhg Gnurr interrumpió
su momento de conjunción con padre Nurgle. Le informó de una batalla entre dos
despreciables hijos de Lion y un destacamento de Taus, esos enclenques azules.
Sus antiguos hermanos de armas habían arrasado a los Taus y sólo una de esas
armaduras grandes había conseguido sobrevivir al combate. Si bien la raza joven
no era rival para un antiguo astartes, la visión de sus armaduras de combate era
algo a tener en cuenta. Al parecer quedaba algún superviviente rezagado en la
zona de combate y parecía que los Taus volvían a recuperarlo.
Fesmus convocó a sus tropas. Si
podía atrapar al superviviente en aquella zona de combate, podría ser un buen
botín para el dios de las plagas.
Rodina y los pocos
supervivientes del destacamento comandado por su etéreo se estaban rearmando a
toda velocidad en la base provisional. Al parecer había una pequeña posibilidad
de que el etéreo hubiera sobrevivido. Los Tau lo tienen claro: nunca se
abandona a un etéreo. Esta vez, irían bien preparados al combate, y a la cabeza
el comandante Mark’vel y su unidad “los plasmeros” dirigirían la operación.
Fesmus revisó rápidamente la
colonia. Con una mirada a Oghlos el Rotos, este supo lo que su líder quería:
“6 posibles puntos, mi señor. 4
en el flanco izquierdo, 2 al derecho”. Las zonas de búsqueda estaban claras, y
Fesmus trazó su osada estrategia. Los Tau ya estaban a la vista, la batalla era
inminente.
Los canales de los trasmisores
resonaron en los cascos Tau con la voz ronca del Comandante Mark’vel: “no habrá
rescate si nos eliminan, acabemos con ellos primero!!” Distribuyó sus fuerzas y
en un último gesto, abrió un canal privado con la Riptide “Rodina, ¡APLASTA!”.
En el flanco izquierdo de la
Death Guard se concentraba el cuartel general con la unidad de marines de
Rotbolgh y la unidad de poxwalkers, los Podridos eternos. Al centro
Escupemales, el drone y el Herrumbre, el ascoche, avanzarían a toda velocidad.
Por último en el flanco derecho, un rhino avanzaría con la otra unidad de
marines, la de Molgh Thraxc, con Oghlos y con el Jovial.
Enfrente, unidades de breachers,
XV8 (los Starks, los plasmeros y el comandante Mark`vel) irían contra Fesmus.
El centro sería responsabilidad de Rodina y el flanco del Rhino quedó a cargos
de dos unidades de xv25 sombras y dos unidades de Pathfinders.
El ejército de Fesmus no perdió
el tiempo. Los poxwalkers avanzaron a toda la velocidad que sus miembros
gangrenados y sus sonrisas desencajadas les permitían. Los marines de Rotbolgh
ya estaba sobre el primer punto de revisión, sin encontrar al superviviente.
Escupemales alzo el vuelo y lanzó una primera andana mortal contra unos
pathfinders que estaban en la azotea disolviéndolos en vida con sus jugos
mortales. El Herrumbre disparó sobre las sombras fallando por causa de sus
pantallas holográficas. Y el rhino comenzó a avanzar.
Los Tau reaccionaron rápido. Los
poxwalkers fueron rápidamente mermados por fuego conjunto de los breachers y de
las armaduras Stark`s. El comandante lanzó un primer bombardeo orbital que no
hizo daño alguno a los hijos de nurgle. Las sombras dispararon sin éxito sobre
el Rhino y los pathfinder supervivientes descargaron sobre el Drone sin éxito…
Y entonces la vieja dama abrió fuego, y Escupemales, el Drone, cayó al suelo
envuelto en llamas azules de la descarga del cañón de iones Amplificado. Sim
embargo, los sistemas de misiles de la armadura aún no funcionaban
correctamente.
Los poxwalker siguieron
avanzando hasta llegar a asaltar a los primeros breacher. De nada sirvió el
fuego defensivo de los Tau. Aunque muy mermados, aun consiguieron acabar con un
par de Taus, e incluso el cadáver de uno de ellos se levantó retorciéndose por
el poder oscuro que lo reanimaba. Sus compañeros salieron huyendo, mientras la
otra unidad de Breacher terminaba con los caminantes. Raghtor conjuraplagas
bendijo a los muchachos de Rotbolgh preparándose para el combate. El Herrumbre
abrió fuego sin éxito contra las sombras, pero los marines de Molgh los
asaltaron sin piedad. Sin embargo y contra todo pronóstico, las sombras
resistieron el asalto.
Las XV8 rugieron al unísono.
Entre las unidades con armaduras crisis redujeron a la escuadra de Rotbolgh a
humo supurante, el aire se llenó de olor a plasma. Las XV25 aguantaron como
pudieron otra ronda de combate con los marines, apoyados por el jovial y
Oghlos. Y Rodina volvió a disparar, casi destrozando a Herrumbre y acabando con
Lugorias, el campanero con una salva de misiles.
La batalla estaba en un punto
crítico cuando Fesmus usó el comodín que había guardado en la manga. El
Herrumbre, el ascoche, descubrió finalmente donde se encontraba el
superviviente, el etéreo Tau malherido que se parapetaba entre los escombros.
Herrumbre es básicamente un demonio, no interroga, no discute: MATA. Así que
abrió sus fauces y partió en dos al indefenso Tau. Fesmus sonrió levemente,
pero sólo un instante antes de ver como seguía la batalla.
Todo ocurrió muy deprisa. El
piloto de Rodina descubrió demasiado tarde que el Herrumbre estaba sobre el
etéreo. Activo el modo de impulsión para intentar salvarlo, pero llegó tarde,
demasiado tarde... Pudo haber sido distinto.
La batalla continuó y entonces
la guardia de la muerte pagó por la audacia de su maniobra. Molgh el escupidor
ardió por los lanzallamas de una de las armaduras Stark’s. Raghton
Conjuraplagas se convirtió en una nube azul de plasma bajo el fuego feroz de Mark’vel.
Sólo Fesmus quedaba en pié y saltó sobre la cubierta del edificio donde la
escuadra Stark se posicionaba. Con un mandoble de su espada partió en dos una
de las armaduras y dañó otra. La furia cegaba sus ojos vidriosos… Y también su
juicio, porque al exponerse de esa manera, los Stark retrocedieron y lo dejaron
al descubierto, donde recibió el fuego de todo aquello que le podía disparar.
En el centro, Rodina descargó su
rabia sobre el Herrumbre, que voló por una salva de misiles y a la vez
reventaba por los aires al Rhino con su arma principal.
La Death guard remataba a las
sombras sin dejar supervivientes y avanzó sobre los pathfinders restantes.
Estos les devolvieron la cortesía con fuego rápido de sus rifles de rail,
volando casi por completo la escuadra de marines.
Fesmus sintió una mezcla de
sensaciones. Euforia por haber conseguido eliminar al superviviente Tau. Rabia
por el destrozo en sus filas que los piel azul les habían costado y calor,
mucho calor, cuando los disparos de Rodina acabaron finalmente con el.
Los supervivientes se retiraron.
El comandante Mark`vel estaba moderadamente satisfecho, su tropa se había
portado, aunque no consiguieron rescatar al superviviente. Pero lo que
realmente le recorría la espalda era la sensación de ver a la poderosa Rodina y
el daño que había podido conseguir. Entre su batallón empezaó a oírse un mote
para la Riptide, uno que hablaba de antiguas armaduras de combate legendarias…
GUNDAM.