lunes, 25 de noviembre de 2013

El día en que traté al camarero como si fuera un profesional de la ilustración

Interesante planteamiento el que Nacho Fernández hace y se recoge en este articulo de Graffica.info que bien es aplicable no solo a diseñadores gráficos, sino a pintores de miniaturas tb y bueno... casi cualquier artista, y no yéndonos tan lejos a los pobres informáticos q tan aprobechados tienen. Me ha recordado a mucho personajes que he tenido el "placer de conocer" algún que otro caradura, que hay por ahi... pero bueno, el articulo no tiene desperdicio

Ayer decidí tratar a cualquier profesional como habitualmente se trata a un ilustrador, os cuento qué tal me fue:
– 9.00 h. Voy al bar a tomar café, riquísimo oye, pero iba a pagar el camarero me dijo: «Son 1,20 euros», y así, sin pensar, le respondí: «Pero si eso lo hace mi mujer en casa igual, si no lleva más que agua! Toma un euro, anda, que ya está más que bien pagado”.
–10.00 h. Llamo al pintor, ya que hace 12 años que no pintamos la casa. Le pido precio, y que por favor cuando me entregue el presupuesto, pase por casa y me pinte el salón, para valorar si me gusta cómo lo hace o no. Debió quedarse sin cobertura, porque se cortó la comunicación…
– 13.00 h. Voy al súper a comprar 20 kilos de langostinos para navidades, pero compruebo que se pone en casi 120 euros la broma, y le digo muy educadamente a la pescadera: «Disculpa, no me puedes cobrar 120 euros por 20 kilos de langostinos», a lo que ella me respondió: «Creo que sí, son a 6 euros el kilo», a lo que claro, yo como buen ilustrador repliqué: «Yaaaa, ya, si eso ya lo sé, pero es que como no te estoy pidiendo sólo 1 kilo, que te estoy pidiendo 20, no me los vas a cobrar todos a 6 euros!». Después de 30 minutos hablando con ella cada vez a mayor volumen, me ha sacado de allí un guarda de seguridad.
– 14.00 h. Vuelta a casa, apertura del buzón, recogida de las facturas del agua, la luz, el gas, fijo, móvil, internet, la hipoteca, el seguro, etc., que por cierto, aunque han subido ya están pagadas.
– 16.00 h. Después de comer, voy de nuevo al bar a tomar un cafetito, pero me echa el camarero antes de pedir… ¡qué carácter!
– 17.30 h. Paseo reflexivo… no entiendo por qué la gente se porta de este modo…
– 19.00 h. En vista de que no era mi día, decidí cambiar mi suerte jugando a la lotería y le dije a la vendedora: «¿Me hace por favor una Primitiva de 150 apuestas?», ella me miró extrañada, y antes de soltar el boleto me dijo: «Son 150 euros», a lo que yo le contesté: «Noooo, ya verás, no me cobres nada ahora, que yo sé que nos va a tocar, y entonces repartimos las ganancias! Sólo te pido que tengas confianza en este proyecto conjunto, tuyo y mío, en el que a la larga, vamos a ganar mucho dinero los dos!!!».
Pues no os lo vais a creer, pero ¡no me dio el boleto!!!
– 21.00 h. Saco mis propias conclusiones: «Si no puedo tratar al resto de profesionales como tratan a los ilustradores, habrá que enseñar a los demás a respetar tu oficio como si fueras camarero, pintor, pescadero o vendedor de lotería. ¿No crees?

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