viernes, 18 de junio de 2021

ECT´21 -- Batalla Gabriel vs Idir


La fuerza de asalto Eclipse, tras sofocar una amenaza xeno identificada como T’au, llegó a una vieja y herrumbrosa ciudad industrial abandonada a su suerte. Se dirigían allí tras interceptar un rastro de otra amenaza xenos, esta vez de origen necrón: los infames Centinelas de Piedra Negra, de la dinastía Achynekh.
Esta fuerza estaba formada por dos capítulos sucesores, uno de los Ángeles Oscuros, los Dragones de Absolución y otro por uno de los Ultramarines, los Pretores de Sicarius. Las fuerzas imperiales rastrearon la zona y localizaron rápidamente a las huestes necrontyr, que se hallaban apostilladas al otro lado de un ruinoso edificio y cercando unos contenedores de ácido y una plataforma de aterrizaje. La Falange Férrea (inmortales) y los Esclavos Centinela (arañas) rodeaban los contenedores, mientras que los Escudos de Obsidiana (necroguardia) y los Esclavos Fantasma permanecían expuestos, dispuestos a hacer frente a los imperiales, junto con Menzekh el Alzado y su Guardia Real, Imzakh el Vigilante.
Los Marines Espaciales, sin demora, formaron el frente de batalla y se posicionaron entre dos instalaciones industriales oxidadas, dispuestos a ganar rápidamente terreno y cercenar la amenaza necrona antes de que invadieran su base. La escuadra táctica Nathaniel se pertrechó en una plataforma de carga, en el flanco derecho, junto con el Maestre Numael, de los Dragones de Absolución. Al lado de esto, la escuadra de motos Azazel, que tratarían de conquistar el centro del campo de batalla. Al otro flanco se habían guarnecido la escuadra de exploradores Primeros, junto con la escuadra de intercesores de asalto Epsilon y el teniente primaris Gallicus. Por último, el teniente Ahtros permanecía entre ambos
flancos, vigilando y protegiendo el objetivo de sus hombres.
Los Marines movieron primero. Con rapidez, las motos cruzaron varios metros hasta llegar a las ruinas del edificio derruido, al borde de un enorme cráter. La escuadra táctica se reposiciona mientras que en el otro flanco, los intercesores y su teniente corrieron, tratando de ganar terreno. Los exploradores abrieron fuego contra los necroguardias, lanzando incluso un misil perforante y resintiendo a uno de los guardianes. Por el otro lado, las motos y los tácticos abrieron fuego a las bestias canópticas, pero solo lograron dañar ligeramente a un espectro.
Justo después, los necrones respondieron con fiereza a los disparos bólter. La necroguardia y las arañas ganaron espacio, acercándose al centro de la mesa, mientras que los veloces Esclavos Fantasma cruzaron las ruinas del edificio para acercarse a las motos que acababan de derrapar al lado del cráter. Con completa frialdad, las bestias cargaron a Azazel y sus fieles compañeros y tras una tormenta de garras aceradas acabaron con la escuadra completa de motos.
La respuesta marine no se haría esperar: El Maestre Numael y el Teniente Ahtros blandiendo sus espadas de combate, se lanzaron contra los impíos espectros, tratando de vengar a sus compañeros moteros. Por el flanco opuesto, la escuadra Epsilon y el teniente Gallicus finalmente se habían acercado a la necroguardia y a Menzehk, y lanzaron una carga que intentaría frenar su avance. El teniente no pudo alcanzar a sus compañeros, pero con su pistola volkite logró matar a un necroguardia. Los cinco intercesores ya hacían rugir sus espadas sierra mientras cargaban sin piedad contra los Escudos de Obsidiana. En ese momento, fue cuando se escuchó el característico rugido de la baliza del teleportarium: una imponente escuadra de exterminadores reliquia Zafael apareció en la retaguardia necrona, dispuestos a mutilar las defensas del enemigo. Nada más llegar soltaron una andanada de
fuego de bólter que logró acabar con dos de los inmortales que cubrían la base necrontyr.
La escuadra Zafael intentó en ese momento cargar, pero no lograron cubrir la distancia suficiente, por lo que se quedaron en su sitio.
Ya en medio del combate, el maestre Numael aprovechó la letalidad de su reliquia ‘Dientes de Terra’ para lograr destruir a 2 de los espectros necrones, huidizos y correosos; mientras que el teniente Ahtros consiguió por su parte, matar a uno más de estos espectros con su espada de energía. En el otro lado, y antes de que los intercesores de asalto perpetraran sus ataques, los Escudos de Obsidiana respondieron al unísono ante la carga primaris y lanzaron de manera coordinada y metódica innumerables tajos de hojas hiperfásicas que cogieron por sorpresa a la escuadra Eclipse y acabó con todos ellos en un suspiro. Los espectros supervivientes a la letales y precisas estocadas de ambos personajes, se organizaron para atacar juntos al teniente Ahtros, y lograron eliminarlo también, gracias a la letalidad de sus garras aceradas.
Justo tras hacerlo, los espectros huyeron de esa zona y fueron a interceptar al otro teniente, Gallicus, que se hallaba frente a los necroguardias que acababan de matar a sus intercesores. Estos, sin embargo, no harían frente al teniente, sino que irían a lidiar con los exterminadores reliquia que habían invadido su territorio, acompañados por Menzekh. Los Esclavos Centinela, las arañas, viendo lo que había pasado retrocedieron también para cubrir su base y así renunciar al control del cráter donde se había quedado, esta vez solamente acompañado por la escuadra táctica, el maestre Numael. Y justo en ese momento, un rayo de teleportación esmeralda cruzó el campo de batalla y desplegó a cinco Omnicidas, las Sombras de la Necrópolis, en la retaguardia de los Marines Espaciales, dispuestos a lidiar con la escuadra táctica y los exploradores, la única defensa imperial en ese punto de la batalla y con unos cuantos disparos lograron matar a un explorador.
Los mermados espectros cargaron al teniente Gallicus y, por la retaguardia necrona, la Necroguardia hizo lo propio contra los exterminadores. Con precisión mecánica, sus hojas hiperfásicas lograron eliminar a 3 de los exterminadores, pero su resistencia es legendaria y lograron responder matando a 3 de los Escudos de Obsidiana. En el otro combate, los espectros lograron dejar muy mermado a Gallicus, pero sin llegar a matar, y este respondió eliminando a uno de los espectros con su espada artesanal de energía.
Al momento siguiente, una nueva baliza de teleportación hizo aparición, haciendo que la escuadra de exterminadores Ahzael apareciera junto al cráter central del edificio, cerca del Maestre Numael. Su fuego de bólter cayó sobre las arañas que se habían replegado e hirieron a una de ellas. Por su parte, los exploradores aprovecharon su destreza en armas a disparo y dispararon a varias unidades, pero sin causar herida en ninguna de ellas. Los tácticos retrocedieron también y fueron al encuentro de los Omnicidas, intentando recuperar el control de su zona. Cuando se retomó el combate los enfrentamientos se saldaron con malas noticias para los Marines. El teniente Gallicus cayó por sus heridas frente al espectro restante (uno murió a causa de un disparo de pistola volkite) y los exterminadores reliquia no pudieron aguantar la fiereza de la Necroguardia, que recuperó la retaguardia necrona tratando de volver al edificio central.
Tras hacerlo los movimientos necrontyr se volvieron más claros: Las arañas siguieron retrocediendo, tratando de engatusar al enemigo, mientras que Imzakh y sus inmortales (que habían perdido a otro miembro por fuego de bólter) usaron el Velo de Oscuridad para cruzar el campo de batalla y unirse a los Omnicidas en la base imperial y reforzar esa posición. Esto les bastó para que, con fuego de bláster gauss, eliminaran a algunos marines tácticos. El espectro solitario, por su parte, volvió a moverse y, como si fuera una ficha de ajedrez, se acercó a los exploradores Primeros para intentar eliminar las amenazas imperiales de esa zona de la batalla. Cargó a los indefensos exploradores y mató a dos de ellos, mientras que estos solo lograron dañarlo ligeramente.
En unos últimos movimientos de reposición, los exterminadores Ahzael, intentaron correr, pero el difícil terreno del edificio en ruinas y los cráteres existentes los ralentizaron lo suficiente como para no llegar al centro de las batallas en curso. Numael hizo lo propio y trató de acercarse a las arañas que eran las únicas defensoras de la base necrona. Más fuego de bólter cayó sobre los arácnidos, dañando de nuevo a una de ellas, pero sin destruirla. La escuadra táctica Nathaniel, por su parte, cargó a los Inmortales intrusos y lograron destruir a uno. El espectro terminó con los exploradores y se ganó su cuarta unidad destruida en su voraz avance.
Al finalizar la batalla, los inmortales se separaron del combate y sin piedad alguna, fusilaron junto con Imzakh y los Omnicidas a los tácticos supervivientes. Los necroguardias y Menzehk permanecían cómodamente al otro lado del edificio, lejos de los letales exterminadores y las arañas necronas seguían en la retaguardia. Numael se acercó a ellas y finalmente el fuego de los exterminadores acabó con uno de los ingenios canópticos, haciendo que incluso explotase.
En ese momento, y viendo sus fuerzas mermadas, Numael tocó retirada. Los exterminadores restantes tendrían que escapar de esa trampa letal: habían sido superados por los heréticos xenos mecánicos. Mientras subían a su transporte, cruzó una fugaz mirada con la inanimada cara metálica de Menzekh el Alzado. Puede que no sea la última vez que se vean.

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